"Entre espías"
Hemos cumplido con el deber. Hemos protegido la patria tal como nos
pidieron. Terminaba la misión. A la sala de máquinas se acercó un militar.
Desenfundó la pistola con un poco de nervios. Pensé que me mataría allí mismo.
Un dolor fortísimo se me alojó en el lado derecho del pulmón. “¡Ya sabes,
no será aquí!” -Me dijo parsimoniosamente. Me extendió una píldora con gesto
amable. La acepté. Me insistió con la makarov que me dirigiera al montacarga,
subiríamos a la superficie y saldríamos del recinto sin chistar. Me sabía el
procedimiento de memoria, no había más.
Ya en la calle simulé que me ponía la pastilla sublingual. El bajó la
guardia, yo eché a correr, de zanja en zanja, de calle en laberintos, por
bosques, cerros y llanos; y corrí y corrí días, semanas, meses y años.
Hoy lo puedo contar.